Herencias

Una vez tenemos constancia del fallecimiento de nuestro familiar o ser querido debemos obtener el certificado de defunción. Este documento expedido por el registro Civil acredita fehacientemente el fallecimiento de la persona.

Superado el primer paso, debemos proceder con la obtención del certificado de últimas voluntades. En él se recoge cuáles fueron los deseos del fallecido respecto a la repartición de la herencia y también consta si el causante otorgó testamento.

Con tal de conocer si somos beneficiarios de algún seguro de vida relacionado con el fallecimiento del causante, debemos obtener el certificado de seguros.

Llegados a este punto, debemos discernir entre la obligación de afrontar una herencia con o sin testamento. En caso de haber otorgado más de un testamento, únicamente mantendrá su validez el último, revocando así los realizados con anterioridad.

En caso de que no figure ningún testamento en el acto de últimas voluntades del causante, será la propia ley la que determine quienes son los herederos legítimos. Nos encontraríamos ante una sucesión intestada y en este supuesto, a diferencia de la herencia con testamento, será necesario otorgar un acta de declaración de herederos.

Seguidamente analizaremos los aspectos relativos a la cuantificación de la herencia. La cuantificación de la misma se realiza mediante la elaboración de un inventario de herencia en el cual se contemplan tanto los bienes y derechos como las obligaciones y deudas del causante. Es en este punto donde se toma la decisión de aceptación o renuncia de la herencia.

En relación al pago del impuesto sobre sucesiones debemos recalcar los siguientes aspectos: El plazo estipulado en la normativa para abonar dicho impuesto asciende a 6 meses a contar desde el día del fallecimiento del causante. No obstante, existe la posibilidad de solicitar una prórroga de seis meses adicionales.